Córdoba
El cordobés superó en las tarjetas al sureño radicado en Mendoza. Fue la pelea central del festival llevado a cabo el viernes en Los Bulevares.
Por Andrés Mooney
En velada desarrollada en el Club Social y Deportivo Los Bulevares, “el Dibu” Peralta se anotó el tercer triunfo de su carrera en cuatro presentaciones. El fallo fue mayoritario y el jurado lo vio así: los García, Argentino y Matías, dieron ganador al patrocinado por Edgar Tercero con la diferencia de 39 1/2 - 38 1/2, mientras que el Dr. Roca vio la pelea empatada en 39-39.
Y no empezaremos con el viejo vicio del periodista/juez que se calza el traje de jurado y dice: Fulano puntuó bien, Mengano la pifió, y demás dividendos matemáticos que sirven sólo, justamente, para ser magistrado. Sobre todo teniendo en cuenta que fueron cuatro los rounds que, con el sistema de medio punto, pueden revelar peleas muy distintas. Diremos sí, que fue una pelea cerrada. ¿Por qué? Porque ambos boxeadores trabajaron en igual medida: caminaron el ring y sacaron golpes en buena cantidad. Pero también porque ninguno fue efectivo en sus envíos, no hubo quien llevara decididamente la iniciativa (aunque de a ratos las riendas las tomó “el Dibu”) y porque los dos se conformaron con lo poco que hicieron.
El visitante subió al entarimado y mostró que tenía herramientas suficientes para ganar la pelea. Rápido de piernas y de manos, buena línea y peso en las manos considerable: cuando llegó claro pareció lastimar, pero no continuó con el ataque sostenido. Algo desordenado, equivocó el tiempo y la distancia en que atacaba y, por momentos, tiraba “por tirar”.
Pablo Peralta, por su parte, exhibió buena preparación atlética y supo ser fondista ante su gente (una vez más) sin pesarle la situación. Pero cometió errores: la defensa fue permeable y recibió manos netas que, por suerte para él, no fueron acompañadas de una combinación. Una larga experiencia amateur (alrededor de 100 combates) arrastró vicios de la competencia aficionada que se pagan caro en el boxeo de paga: lanzar en gran cantidad descuidando la defensa, con la mano abierta, en la corta distancia. Ganchos y cross, parecieron, en ocasiones, “sopapos” que no dañaban.
Finalmente, la pelea en empate estuvo bien: ninguno hizo mayores acciones para anotarse un claro triunfo. Y, por último, el fallo ganador a Peralta también: si bien no fue efectivo, cuando parecía “venirse la noche”, siguió yendo hacia adelante y detuvo al rival como diciendo “acá mando yo, estamos en casa”. Dejemos que al trabajo de jurados, al menor por una vez, lo hagan ellos.
Ganó Pablo Peralta, cerró bien el año y podrá alzar la copa y brindar por su 2010 boxístico. Su record deja un saldo positivo de 3-1 (1 k.o.) en el año de su debut en que, vale la pena recalcarlo, enfrentó a rivales de riesgo. El gimnasio lo esperará en 2011 para seguir trabajando porque, aunque lleve años en el boxeo, aún queda mucho por aprender.
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