Héctor Saldivia perdió rápidamente con Kell Brook, ayer en Inglaterra, y dejó escapar una nueva posibilidad de disputar un título del mundo. ¿Y ahora?
Por Andrés Mooney
El comienzo de una historia negra tuvo, casualmente y en consonancia con esta página, a un cordobés como protagonista: Jorge Daniel Miranda. El Chino, allá por el 2007, le propinó el primer nocaut a Héctor David Saldivia y le fracturó la mandíbula, en el Luna Park. Desde entonces, el de Comodoro Rivadavia fue examinado con lupa por los especialistas y siempre se planteó la incógnita: ¿cuánto castigo sería capaz de asimilar el Tigre?
Otro capítulo poco feliz ocurrió en el 2010, en el MGM de Las Vegas. El dirigido por Robinson Zamora tenía la pelea de su vida ante Said Ouali por la eliminatoria welter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), y tras algunos meses de concentración en Miami, no pudo capitalizar el trabajo y perdió por la vía rápida. Aquella vez, la moneda cayó del lado contrario a su suerte: el argentino había derribado al marroquí a los pocos segundos del primer asalto, pero presuroso por buscar la resolución expeditiva, terminó recibiendo de su propia medicina en el mismo round y perdió por nocaut técnico. Estuvo muy cerca la gloria, la tuvo entre sus manos, pero se le escapó sin piedad.
Ayer tenía, en Sheffield, Inglaterra, esa segunda chance que la vida entrega a los que se sacrifican en serio. El tren volvió a pasar por el sur argentino, y el marido de Alejandra Zamora no lo dudó: se tomó el primer avión rumbo a Estados Unidos con su mujer y, luego de un alejamiento del gimnasio de Pablo Sarmiento, se fue a Los Ángeles a entrenar con el profesor argentino Gustavo Satragni. Bajo el ala de Sampson Lewcowicz -hombre llamado a ser el "abrepuertas" de todos los argentinos en el extranjero: Sergio Martínez, Lucas Matthysse, Fernando Saucedo, Héctor Saldivia, y tantos más-, se consiguió la eliminatoria FIB welter ante un inglés sin mayores antecedentes como Kell Brook. Con más publicidad que condiciones boxísticas, The Special llegaba invicto al choque eliminatorio con el argentino y en el patio de su casa.
Irreconocible. Más allá de la mandíbula que, otra vez, falló en el Tigre, este jamás pudo lanzar golpes sólidos para castigar a su rival. Comenzó muy nervioso y tenso, dejando que Brook hiciera lo que tuviera ganas con él. Ya en el primer asalto conoció el tapiz del ring europeo anunciando lo que vendría después: una izquierda sin mayor determinación acabó la ilusión del comodorense y lo volvió a mandar a la lona, obligando al árbitro a decretar el nocaut técnico en el tercer capítulo.
Barajar y ¿a dónde repartir? El primer nivel, demostrado está, no acepta defensas permeables con mandíbulas sensibles. Héctor Saldivia, un hombre disciplinado, apegado al gimnasio, obediente, que deja lo que no tiene por el boxeo, parece no dar la talla en ese escalón en el cual reinan los mejores. Su juventud y el apoyo de la familia pueden ayudarlo a reencauzar su carrera y medirse con los de aquí, para luego sí volver a los Estados Unidos. Lo esperan los Sebastián Luján, Juan Bonanni, Oscar Medina y -en caso de no ganar la semana próxima- por qué no Luis Carlos Abregú, difícil pelea que se viene negando pero que, tal como hicieran Walter Matthysse y el Iron Luján luego de frustradas chances en el extranjero, podría cerrarse para ver quién sigue en carrera y quién debe ir alejándose, poco a poco, de la actividad.
Mirá la pelea:
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