Hugo Orlando Gómez hizo lo que pudo y, tal como era de esperar, perdió antes del límite ante "el Jinete del KO".
Por Andrés Mooney
No debió suceder, a pesar de no haber tenido un final drástico. La equivalencia era sólo numérica: ambos contaban con 16 presentaciones previo a este enfrentamiento. Jesús Cuellar, vale decirlo, no tiene en el país más de cinco o seis rivales que puedan hacerle real oposición. Y la pelea no debió suceder no porque Gómez no tuviera pergaminos que lo invitaran a soñar sino porque el primer perjudicado es el invicto, la figura. Por él se montó el espectáculo y en él están puestas las expectativas (y el dinero, claro). Será él también quien sufra cuando, peleando en el exterior, vea que en frente hay boxeadores de fuste.
Hugo Gómez fue digno, se entregó, y pasó un primer capítulo áspero cuando otros hubieran abandonado. En el segundo round, amén de haber perdido la vuelta, pudo colocar buenos golpes que equilibraron la acción. Ya en la tercera ronda, Cuellar salió a apurar y fulminó a "Polvorita" obligando al árbitro Hernán Guajardo a detener las acciones.
Jesús Cuellar pide a gritos compromisos de otro nivel. Gómez necesitará unos días de tranquilidad que le permitan volver al ruedo.
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