"El Negrito" Castro y Omar Narváez con la medalla dorada en los Panamericanos de Winnipeg |
Por Andrés Mooney
Y los colgó nomás. Esta vez, finalizó su entrenamiento, se quitó las vendas, y los guantes quedaron ahí, apagados, como resignados a la vejez, mirándose sabiendo que se vendría la parte más aburrida e intelectual que un par de 12 onzas puede gozar: dejar de ser una herramienta de trabajo para devenir en un adorno, un recuerdo.
Y los colgó nomás. Esta vez, finalizó su entrenamiento, se quitó las vendas, y los guantes quedaron ahí, apagados, como resignados a la vejez, mirándose sabiendo que se vendría la parte más aburrida e intelectual que un par de 12 onzas puede gozar: dejar de ser una herramienta de trabajo para devenir en un adorno, un recuerdo.
Víctor Hugo Castro decidió abandonar el boxeo profesional de manera definitiva. "El Negrito", de 36 años y un record de 31-7-1, comenzó la carrera rentada en el año 2001 y fue campeón argentino de peso ligero al ganarle por nocaut en el cuarto round a Ariel Olveira. Además, tuvo compromisos internacionales en países como Rusia, Canadá y el Reino Unido. Pero su más importante huella, sin duda, fue una brillante campaña amateur donde obtuvo la medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Winnipeg (Canadá) y participó de los Juegos Olímpicos de Sidney (2000).
A seguir con el legado
Su claridad sobre el ring es directamente proporcional con su oratoria al momento de explicar de qué se trata este deporte. Fiel al maestro Carlos Tello, Castro tomará las riendas del Polideportivo Corral de Palos para dedicarse a la enseñanza y continuar lo que su mentor comenzó. Justo cuando los boxeadores allí formados estaban conociendo la derrota de manera consecutiva, aparece la luz que pretende reflotar un barco que jamás debió haber sucumbido. ¡Bienvenido, Negrito!
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