"El Sanguinario" venció a Ezequiel Zárate en decisión unánime tras 10 rounds, y se llevó el título. El entrenado en la FAB demostró que puede ser campeón en los completos.
Por Andrés Mooney
La última palabra la tuvo usted, Maestro. Me calló la boca, no hay otra. "Vos escribiste una nota que empezaba bien, que hablaba de mi buen boxeo, pero terminaba diciendo que no tenía muchas chances en los pesados. Hoy te voy a demostrar que sí". Facundo Nahuel Simal recordaba lo escrito por este cronista en su paso por Córdoba y, siempre en tono amigable (por suerte...), avisó que se colgaría un cinto en los pesos pesados.
Y lo hizo nomás. Fiel a su apodo, fue al frente, corajudo, y guapeó a Zárate sin importarle la considerable diferencia de altura. Simal, además de pegar, pensó. Supo acortar la distancia, llegar pleno con la derecha y, a pura audacia, también pudo concectar con la izquierda.
No dudó
Al momento de jugársela, de ir por el triunfo y por el título, dio el paso adelante, sacó las manos y conmovió al natural de Pilar. La iniciativa, acompañada de potentes manos y un movimiento de cintura destacable, fueron las armas principales del pupilo de Jerez para llevarse el triunfo.
Se la bancó
No la pasó bien en los últimos rounds. Recibió manos duras del "Chiquito" pero supo sufrir, a lo campeón. Cuando se iba el combate, parecía que Zárate podía encontrar el nocaut, hasta que Simal se recuperó y logró invertir los roles convirtiéndose él en dominador.
¿Tan necio seré?
Se llevó el triunfo merecidamente, es cierto. Es guapo, quedó evidenciado. Boxea bien, lo demostró. Pero: ¿hay necesidad de regalar tantos kilos? ¿Para qué recibir manos tan pesadas pudiendo evitarlo? Todas esas cualidades, en mediopesado o crucero, ¿no serían más favorables, pensando en combates en el extranjero?
Por lo pronto, tuvo razón usted, Maestro. Y eso es innegable. En la cintura tiene una faja de la división de los completos y merecidamente la ganó. Levante la copa y brinde, el triunfo es suyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario