Segundos Afuera en Villa del Dique
“Maravilla” debió trabajar más de la cuenta y se anotó un nuevo triunfo para el resurgir de su carrera profesional.
Venía envalentonado, le había agarrado el “gustito” al nocaut y quiso una vez más liquidar el pleito antes del plazo estipulado. Y fue por eso, paradójicamente, que no lo logró. Cristian Solís envió cada golpe como para derribar un edificio desde el primer asalto, y le avisó a su rival que debía tener cuidado de sus embistes. El de Villa María atropelló a su oponente y en ese desborde –que finalmente le alcanzó para ganar por puntos, es cierto- fue que recibió golpes de más. “Maravilla” deberá entender que no sólo de conseguir una definición expeditiva se trata la mejor performance, y recordar algo que en el boxeo se repite hasta el hartazgo pero cuesta que se entienda: “el nocaut viene solo”.
Oscar Mutuverría, por su parte, fue pillo y cuando notó que el local lo encimaba, comenzó a anticiparlo con el jab de izquierda dando el paso atrás. El visitante hizo un planteo inteligente que le permitió ajustar las diferencias en las tarjetas, pero su físico no lo acompañó para lograr mayor movilidad y dejar fuera de foco a un insistente Solís.
Los jueces dictaminaron de forma unánime para Solís: 59-57,5; 59-58 y 58,5-58.
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