El de Junín recordó el encuentro con "el Gumer" y proyectó su 2011. La división welter debe definir a sus mejores exponentes y Bonanni parece dispuesto a medirse con buenos.
Por Andrés Mooney
La escena era de película. El boxeador local, el ídolo, el noqueador, abatido costándole mantener la vertical. El visitante esperaba la cuenta en el rincón neutral, cuando de pronto terminó en el piso, pero producto de un tackle. Su papá y entrenador, también agredido por el público. La situación se tranquiliza, se detiene. El crédito de la ciudad se recupera y el combate sigue. Llega el campanazo final y las tarjetas, como con vergüenza, intentan ocultarse para no ser leídas y dictaminar el mamarracho: fallo mayoritario para quien visitó las hormigas en dos oportunidades y escuchó una cuenta de pie.
Juan Manuel Bonanni (13-1-2) recuerda aquella noche mendocina con impotencia. Pasado el tiempo, el de Junín esperó al menos alguna medida por parte de la Federación Argentina de Boxeo, pero fue en vano: “Te da bronca porque nunca se soluciona nada, no se sanciona a nadie. Todo continúa como si nada hubiera pasado”. Su frialdad mental fue la que ayudó a que el espectáculo siguiera, a pesar de los lamentables episodios que sobre el ring sucedían: “Estaba muy concentrado, sabía que era una pelea muy importante y por eso en ningún momento pensé en abandonar”. Agregó: “Estaba mentalizado que la pelea eran diez rounds y si la ganaba antes, mejor, pero si no, iba a tener que luchar las diez vueltas como lo hice”.
Juan Manuel Bonanni (13-1-2) recuerda aquella noche mendocina con impotencia. Pasado el tiempo, el de Junín esperó al menos alguna medida por parte de la Federación Argentina de Boxeo, pero fue en vano: “Te da bronca porque nunca se soluciona nada, no se sanciona a nadie. Todo continúa como si nada hubiera pasado”. Su frialdad mental fue la que ayudó a que el espectáculo siguiera, a pesar de los lamentables episodios que sobre el ring sucedían: “Estaba muy concentrado, sabía que era una pelea muy importante y por eso en ningún momento pensé en abandonar”. Agregó: “Estaba mentalizado que la pelea eran diez rounds y si la ganaba antes, mejor, pero si no, iba a tener que luchar las diez vueltas como lo hice”.
- ¿Hablaste con Mario Margossian luego de la pelea?
Él me llamó y hablamos ahí mismo antes de bajar del ring. Pero no sé, es complicado. Prefiero guardarme la opinión para adentro: todo el mundo te dice “felicitaciones, ganaste”, pero las cosas después no son como corresponde.
- ¿Querés la revancha con “el Gumer”?
Sí, me gustaría, estoy entrenando para eso.
Los fanáticos quieren ver a Bonanni cuanto antes. El protagonista de la pelea del 2010 se ganó al público que comenzó a tomarse en serio a este peso welter. Por eso, Juan Manuel tiene objetivos fijos para el 2011: “Me gustaría conseguir un título a nivel nacional o una chance internacional para medirme afuera. Una salida del país prefiero, me encantaría pelear afuera para saber realmente el nivel en que estoy”.
Bonanni sabe que la mira estará puesta sobre él, más aún cuando Diego Cháves no mostró su mejor performance en su última actuación. Por eso, el juninense busca desafíos importantes y se le anima a un coterráneo suyo: “Tengo muchas ganas de pelear con Oscar Medina. Está radicado acá hace mucho tiempo, tiene experiencia amateur y profesional, y quiero pelearlo”.
El tiempo dirá quién es Juan Manuel Bonanni sobre el ring. Habrá que esperar para saber hasta dónde llega, cuál es su techo y cuándo lo encontrará. Hasta el momento, enfrentó a grandes valores y jamás desentonó. Su pegada es envidiada por más de uno en la división, y su entrega, por prácticamente todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario