Segundos Afuera en Mendoza
El chubutense demolió a DeMarcus Corley enviándolo a la lona casi una decena de veces. Los ojos del boxeo mundial lo miran atentos y el pupilo del “Cuty” Barrera quiere demostrarles de qué es capaz.
Por Claudio Bedirian (enviado especial)
A priori, era una pelea de riesgo. Había en frente un rival de fuste, con experiencia, velocidad y de guardia zurda que había visitado nuestro país ante Marcos Maidana dejando una gran impresión. Pero Lucas, sabiendo que la comparación con el de Margarita caería de maduro, salió a meter sus manos para terminar cuanto antes el combate.
La mayoría coincidió en que a Zab Judah, el argentino había vencido. Puntos más o menos, pero el ganador debió ser el menor de los Matthysse. En aquella oportunidad los más críticos dispararon: “Tendría que haber apurado de entrada; afuera hay que noquear para ganar”. Y parece que Lucas los escuchó. No quiso dejar dudas y borró del ring a DeMarcus Corley, quitándole locomoción con golpes a la zona hepática y potentes derechas rectas al rostro. El árbitro inició ocho veces la cuenta y, a la novena, dijo “basta”.
La mayoría coincidió en que a Zab Judah, el argentino había vencido. Puntos más o menos, pero el ganador debió ser el menor de los Matthysse. En aquella oportunidad los más críticos dispararon: “Tendría que haber apurado de entrada; afuera hay que noquear para ganar”. Y parece que Lucas los escuchó. No quiso dejar dudas y borró del ring a DeMarcus Corley, quitándole locomoción con golpes a la zona hepática y potentes derechas rectas al rostro. El árbitro inició ocho veces la cuenta y, a la novena, dijo “basta”.
Lucas Martín Matthysse (28-1-0 26 K.O.) luego de la golpiza que le propinó a “Chop Chop”, confesó: “Esperaba que Corley me hiciera más oposición. Resultó una pelea mucho más sencilla de lo que pensaba”. El residente en Junín no tuvo mayores inconvenientes y con un trabajo al cuerpo notable, demolió al norteamericano en una pelea que pudo haberse detenido antes, teniendo en cuenta las ocho (o nueve) caídas que sufrió el visitante.
Convencido de su capacidad, el manejado por Mario Arano arriesgó: “Quiero pelear con (Amir) Khan, o con el ganador entre (Devon) Alexander y (Thimothy) Bradley”.
Los popes del boxeo mundial miran cada vez con mayor respeto a este prospecto que pega, boxea, y físicamente luce impecable. Las 140 libras buscan su mejor exponente en peleas unificatorias y el trelewense pide permiso para entrar al pelotón. Tiene con qué.
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