La bonaerense no se amilanó ante las palabras de la cordobesa y redobló la apuesta. El 29 defenderá sus coronas en Monte Hermoso frente a Carina Moreno.
Por Andrés Mooney
Arrolladora, avasalladora, como un tren. Así es Yésica Yolanda Bopp. Sobre el ring y fuera del mismo. No perdona. La confianza traspasa el teléfono, se percibe. Todo es optimismo y los desafíos son, para la reina minimosca, meras etapas evolutivas que están por venir.
"La Tuti” (campeona mundial minimosca de la Organización Mundial de Boxeo y de la Asociación Mundial de Boxeo) se muestra tranquila, como acostumbrada. Con tres campeonatos panamericanos, dos podios en mundiales y 60 peleas (cifras estas de su campaña amateur), parece no sentir el peso de los compromisos. El sábado 29 tendrá frente a sí a una norteamericana que, en los papales, asoma como una rival de alto riesgo pero Yésica la describe así: “Fue campeona mínima, está primera en el ranking, pero no sé si es de las más difíciles; tiene experiencia y trayectoria amateur, pero no sé sinceramente hasta qué punto puede ser la más difícil”.
"La Tuti” (campeona mundial minimosca de la Organización Mundial de Boxeo y de la Asociación Mundial de Boxeo) se muestra tranquila, como acostumbrada. Con tres campeonatos panamericanos, dos podios en mundiales y 60 peleas (cifras estas de su campaña amateur), parece no sentir el peso de los compromisos. El sábado 29 tendrá frente a sí a una norteamericana que, en los papales, asoma como una rival de alto riesgo pero Yésica la describe así: “Fue campeona mínima, está primera en el ranking, pero no sé si es de las más difíciles; tiene experiencia y trayectoria amateur, pero no sé sinceramente hasta qué punto puede ser la más difícil”.
Otro duelo parece ganarlo desde el vestuario. La cordobesa Carolina “Chapita” Gutiérrez dijo que quiere medirse con la de Wilde y la “Tuti” contragolpeó: “Cuando quiera y donde quiera. Hasta le doy ventaja de peso, no hay problema. Obviamente que sin su título en juego porque no va a querer. Espero que lo de “el mismo promotor” (NdR: “Chapita había dicho que la traba está en que ambas son manejadas por Osvaldo Rivero) no sea sólo una excusa para no enfrentarme”.
Pero no termina ahí. La campeona mundial minimosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Naomi Togashi, la desafió por la unificación y hasta propuso venir a la Argentina. Otro reto más que interesante que Yésica se tomó con soda. “Me desafió la campeona del Consejo, que quiere venir a la Argentina. Yo le dije a mi representante que me lleve a Japón pero dijo que ella quiere venir para acá”, exclamó casi con resignación por el frustrado viaje.
Bopp no tiene límites. Quiere enfrentar cuanto antes a Susi Kentikian y no entiende “por qué todavía no se dio esa pelea”. Repite una y otra vez: “Quiero pelear con las primeras del ranking. Quiero que la gente vea que no peleo, como ellos dicen, con nadie”.
Se ríe, aparentemente no sufre la mochila de ser “la sucesora de Marcela Acuña”. Se siente la seguridad, la convicción con que habla. Sus palabras no suenan a soberbia. Hay algo que le dice que debe vérselas con todas y que a todas superará.
Boxea como (Omar) Narváez, asume desafíos propios de (Marcos) Maidana y emana tranquilidad a lo (Sergio) Martínez. Una rara y peligrosa mezcla, que puede devenir en una increíble figura mundial.
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