14 ene 2011

“Quiero pelear con Yésica Bopp. Todavía no sintió el peso de mis manos”


Carolina “Chapita” Gutiérrez quiere enfrentar a la “Tuti”. La cordobesa piensa en grande para el 2011: revancha con Kentikian, unificación de títulos y duelo con la de Wilde. ¿¡Qué tal!?

Por Andrés Mooney 
En 2010 ya se olfateaba. La mujer quería cambiar, pretendía ir por más. Abandonó su entrenador habitual y buscó “nuevos aires”. Logró continuidad sobre el ring y la tan ansiada defensa de título mundial. Pero nadie, ni los más optimistas, pensaron que encararía el año corriente con desafíos semejantes.
“Chapita” escuchó a Bopp diciendo que debían enfrentarse las campeonas y tomó al toro por las astas: pidió pelear a la simpática boxeadora bonaerense. Primero fue su entrenador quien confesó estar pensando en la pelea con Yésica, y ahora la misma Carolina Gutiérrez le afirmó a este medio el deseo de enfrentarla. “Es una de las rivales que podrían darme pelea, creo que estaría bueno. Se va a llevar una sorpresa porque tiene una imagen de mí como no voy al frente, pero todavía no sintió el peso de mis manos”, disparó la campeona mundial Supermosca.
Sin embargo, más allá de las ganas, entiende la dificultad del caso: “Osvaldo Rivero es nuestro promotor, es difícil que quiera tener una campeona en lugar de dos. Pero cuando el río suena, es porque agua trae”.
Añora también, tomarse revancha de aquella noche en la que hacía pocas horas se había ido su compañero de siempre: su papá. La licencia cordobesa número uno quiere verse otra vez sobre el cuadrilátero con Susi Kentikian: “A nivel internacional me gustaría volver a pelear con la alemana”.
Pero en ese querer terminar su carrera (confesó que quiere formar una familia y  por esto boxearía sólo dos años más) peleando con todos, dejó afuera a la campeona provincial supermosca: “Romina Alcántara no creo que esté a mi altura para pelear así que no la voy a enfrentar porque no está en condiciones. No es rival para desafiarme ni por título ni en pelea no titular”.
Será Osvaldo Rivero quien tenga la última palabra. Carolina está en busca de cosas grandes y es su manejador el que deberá decidir el rumbo de “Chapita”. Los aficionados necesitan saber quiénes son las mejores entre tantas reinas ecuménicas, y Gutiérrez parece dispuesta a ayudarlos.

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