El integrante de "Los Buitres" es una promesa del boxeo argentino. Con apellido ilustre, sueña con estar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y viene haciendo mérito.
Por Andrés Mooney
Es el “hermano de”, pero bien puede ser él mismo. Inevitablemente, uno lo compara. Sus entrenadores hablan de él y la referencia es casi automática. Fabián Maidana avanza a paso lento pero firme y, seguro de sí mismo, acumula medallas (Plata en el Mundial de Bakú, y Bronce en Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur) en sus menos de treinta peleas como amateur. Los que saben, asguran que tiene “pasta” de crack.
Lanza un Jab, mueve la cintura y da un paso atrás sin perder su postura. Va otra vez adelante, conecta un gancho a la zona hepática y cierra con cross. No se enloquece, utiliza su mano diestra sin abusar y es elegante sobre el cuadrilátero. La diferencia parece abismal. Nadie afirmaría que es hermano de Marcos, ese que enviando su derecha voleada, busca definir la pelea con una sola mano en cruces letales. Pero cuidado: Fabián lastima y por algo lo llaman “T.N.T”. Aunque claro, podría objetarse, la fuerza con que el “Chino” se repone en momentos difíciles no cualquiera la tiene, no se compra en farmacias. Y el menor de los hermano le responde: “Cuando debuté, fue en Buenos Aires, en Virreyes. Perdí por nocaut en mi primera pelea, pero me dije ‘fue una mala noche, hay que seguir’ y acá estoy”. Aquella derrota fue ante Alberto Castaño, hoy compañero de la selección y posible rival por el puesto de los 64 Kg. “Cuando vengan los torneos seguramente el cubano nos va a hacer pelear y el que gane, irá”, señala Fabián y, otra vez, nos lleva la memoria a su hermano y el duelo a puertas cerradas con Lucas Matthysse.
Si de boxeo aficionado hablamos, Cuba es el país a citar, y de allí volvió hace escasas horas: “Guanteamos con los titulares dos veces. Son muy buenos, tienen 27, 28 años con por lo menos 300 peleas”. En la meca del deporte amateur no se amilanó y fue a dar batalla: “Estuvieron parejos los guanteos, pasa que son rapidísimos. Pero Sarbelio (Fuentes) se fue contento porque otras veces los cubanos le pegaron mucho a los argentinos; ahora un poco se sorprendieron”.
Lanza un Jab, mueve la cintura y da un paso atrás sin perder su postura. Va otra vez adelante, conecta un gancho a la zona hepática y cierra con cross. No se enloquece, utiliza su mano diestra sin abusar y es elegante sobre el cuadrilátero. La diferencia parece abismal. Nadie afirmaría que es hermano de Marcos, ese que enviando su derecha voleada, busca definir la pelea con una sola mano en cruces letales. Pero cuidado: Fabián lastima y por algo lo llaman “T.N.T”. Aunque claro, podría objetarse, la fuerza con que el “Chino” se repone en momentos difíciles no cualquiera la tiene, no se compra en farmacias. Y el menor de los hermano le responde: “Cuando debuté, fue en Buenos Aires, en Virreyes. Perdí por nocaut en mi primera pelea, pero me dije ‘fue una mala noche, hay que seguir’ y acá estoy”. Aquella derrota fue ante Alberto Castaño, hoy compañero de la selección y posible rival por el puesto de los 64 Kg. “Cuando vengan los torneos seguramente el cubano nos va a hacer pelear y el que gane, irá”, señala Fabián y, otra vez, nos lleva la memoria a su hermano y el duelo a puertas cerradas con Lucas Matthysse.
Si de boxeo aficionado hablamos, Cuba es el país a citar, y de allí volvió hace escasas horas: “Guanteamos con los titulares dos veces. Son muy buenos, tienen 27, 28 años con por lo menos 300 peleas”. En la meca del deporte amateur no se amilanó y fue a dar batalla: “Estuvieron parejos los guanteos, pasa que son rapidísimos. Pero Sarbelio (Fuentes) se fue contento porque otras veces los cubanos le pegaron mucho a los argentinos; ahora un poco se sorprendieron”.
- El "Chino" está hoy sin entrenador, ¿a quién le pondrías en su rincón?
Al cubano (Sarbelio Fuentes), porque sabe mucho, desde hace años está en esto. Pero no le hace falta tanto, solo mejorar un poco la defensa y ya está.
Aquel chiquilín que con diez años acompañaba a su hermano a correr, hoy es una de las joyas del seleccionado nacional. Promotores y entrenadores ponen su ojo en alguien que, con sangre Maidana, muestra un boxeo fino. El apellido puede ser un arma de doble filo, aunque Fabián lejos está de molestarse: “No me jode que me comparen, está todo bien”.
El camino es largo. Su estilo se adapta a las competencias internacionales y por ello espera clasificar a los Pre Panamericanos de Brasil y al Preolímpico camino a Londres. Allí intentará traer medallas doradas, el pibe de los 64 Kg. bajo el nombre de Fabián Maidana. Si no, buscará el boxeo de paga, ese que tan bien le sentó a su hermano mayor. Deberá probarse en peleas largas, donde se premia la sangre, el “show”. Y ahí, donde la explosión es bien rentada, Fabián se guarda una bomba bajo el título de “T.N.T”.
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