“Maravila” sacó de pelea al inglés en el penúltimo round. Cuando parecía que llegaban las tarjetas, una combinación de golpes del argentino hizo abandonar el combate al británico. ¿Se vendrán Pacquiao o Mayweather?
Por Andrés Mooney
No fue su mejor actuación. No metió la mano que durmió a Williams ni propinó el baile que ofreció ante Pavlik. Ganó por nocaut y nada más. No será esta la pelea que quede en la historia de los combates de Martínez, pero puede ser el trampolín de algo importante. ¿Por qué? Las carreras cuidadas de los boxeadores TOP responden a una lógica inamovible: enfrentar al rival adecuado en el momento justo. Esto es, vérselas con un nombre de peso cuando no esté en su mejor momento. Y hoy, “Maravilla” puede haber confundido a más de uno y hacer que muerdan el anzuelo.
Quizá el haber ido como favorito, el no enfrentar a los popes como está buscando hace años, hizo que la inspiración no sea la de otras veces. Y el arte de boxear, más allá del trabajo físico, tiene mucho de esa luz propia que aparece en ocasiones especiales.
Esta vez, tuvo frente a sí a un debutante en los rings de Norteamérica que fue un dignísimo rival. Inteligente, práctico y cauteloso, Barker buscó sacar el mayor rédito arriesgando lo menos posible. Y lo logró. Atacó y defendió a la manera del boxeo clásico y, con rectos y la guardia en alto, complicó al argentino en varios pasajes de la pelea. Traducido al fútbol (valga la analogía dada la relación con la redonda de ambos), el inglés realizó un planteo de “equipo chico”: sus detractores lo llamarán mezquino; quienes lo ejecuten dirán “planteo inteligente”. Darren Barker soportó hasta el decimoprimer capítulo y no pudo más. Estar frente a Sergio Gabriel Martínez y “faltarle el respeto” como lo hizo, no es tarea fácil para quien está recién comenzando en el boxeo de elite.
“Maravilla” noqueó y espera. Parece dispuesto a todo con tal de más gloria. No será novedad si baja a mediano junior, ni sorprenderá verlo en supermediano. Manny Pacquiao y Floyd Mayweather Jr., ambos desafiados por Martínez, deberían dar el “sí”. Por el bien del boxeo.
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