Juan Carlos Reveco y Karim
Guerfi, más allá de alguna broma, no se mostraron antipatía. Sin
embargo, en diálogo con Segundos Afuera, ambos prometieron noquear. Pelean el viernes, en el Orfeo.
El Cotón (27-1-0 16 k.o.) se mostró relajado a pesar de la
inactividad de casi un año. El buen trabajo en el gimnasio, en la parte física
y boxística, parece darle seguridad a este campeón de 28 años que supo sufrir
derrotas en el ring y fuera del mismo. El perder el título ajustadamente, luego
recapturarlo para después volver a coronarse y ser despojado en los
escritorios, forman una huella imborrable que, según parece, ayudan cuando solo
hay que preocuparse por pelear.
Reveco aseguró que está “diez
puntos”: “Llegamos bárbaro, luego de una preparación de tres meses. Estuve
guanteando fuerte con sparrings parecidos a mi rival, así que solo
espero la pelea”. Y, merced a la confianza y la fe con que llega a este
compromiso, le pronosticó a Segundos
Afuera: “Hay nocaut en el quinto”.
Karim Guerfi (18-0-0), por su
parte, arribó a Córdoba con un solo objetivo: llevarse el título interino mosca
AMB. El francés, pese a su juventud, asoma como un interesante retador
considerando algunas cuestiones. Una de ellas es su 1,73 cm de altura –físico
envidiable para la división-, contra el metro cincuenta y fracción del malargüino.
Además, la actitud desafiante y la tranquilidad que mostró el Guepardo son
propias de quien sube a “faltarle el respeto” al campeón, sin reparar en las
condiciones del titular.
Guerfi desafió: “Voy a irme a
Francia con el título. No vine a hacer turismo; estoy aquí para ganar”. Y continuó
arriesgando un resultado: “Gano en las tarjetas o noqueo en el octavo”.
Hubo tiempo para chicanas. A Reveco le recordaron las
declaraciones de su retador afirmando que este le “patearía el trasero”. El Cotón
no dudó y retrucó: “Vine a boxear, si me va a pegar patadas decile que no”.
Luego, colegas consultaban al mendocino si volvería su tan mentado gancho al
hígado, cuando Guerfi interrumpió moviendo las manos y gesticulando que no.
Automáticamente el pupilo de Ricardo
Arias, sonriente, contestó: “¿No? Ojo, cuidate…”.
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