A pesar de muchos haber apuntado contra el nacido en Río Cuarto, el médico de turno habría constatado una lesión en la costilla. ¿Y ahora?
Por Jorge Sánchez
Dicen que ni el promotor quiso pagarle luego de la pelea. Los medios de comunicación lo liquidaron, el público lo silbó y nadie creyó que tuviera ganas de seguir en combate. Pero el signo de interrogación se abrió cuando el médico revisó al boxeador derrotado. "Costilla fisurada", se escuchó ante la sorpresa de los allí presentes: boxeadores, entrenadores y autoridades que participaron en el festival, que tampoco terminaban de entender lo que sucedía.
De existir una lesión de ese tipo, entonces el panorama es otro y la dura crítica deberán guardársela en el bolsillo. La imposibilidad física para seguir peleando dificulta no sólo el movimiento y la ejecución de los golpes, sino que perjudica en la faz anímica.
Ezequiel Maderna retuvo el cinto nacional supermediano noqueando a Darío Balmaceda pero muchos cuestionaron al rival. ¿No quiso o no pudo seguir? La última respuesta, todavía se hace esperar.
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