Por John Jones - Diario Olé
El rincón le daba una indicación clara a Sergio Gabriel
Martínez. "No sabe retroceder, no sabe", le contaba Pablo Sarmiento,
su coach, en pleno Theatre del Madison Square Garden. Matthew Macklin, un
torito de esencia irlandesa que entiende cómo poner brava una pelea, ya había
sufrido el "vení y tomá " del quilmeño en el segundo round, cuando
esa zurda voleada, típica en su repertorio, le había hecho temblar las piernas.
Y el entrenador de Maravilla le susurró que ese era el camino: esperar y
contraatacar con esa certeza que lo caracteriza.
El enigma que el argentino debía descifrar era cómo entrar
en la guardia del nacido en Inglaterra. Martínez, acostumbrado a combatir con
boxeadores de mayor estatura, llevaba varios abriles sin subirse a un ring con
un púgil de su misma altura y ese fue uno de los principales atributos que
aprovechó The Knife, como lo apodan. Eso, sumado a un conteo erróneo por parte
del árbitro Eddie Cotton en el octavo round (Martínez cayó por un cruce de
piernas y no por la propia potencia del golpe de Macklin), fueron las
principales dificultades que tuvo que sortear Martínez.
La historia empezó a cerrarse cuando Maravilla comenzó a
manejar la distancia a su antojo. Allá por el noveno asalto, con un Macklin que
ya tenía secuelas en su rostro, el quilmeño dio vida al inicio de su show. Y el
décimo fue la confirmación de que al británico se le venía la noche. Jab,
esquive, jab. Derechos de izquierda, aceleración justa. Martínez demostraba por
qué es el mejor mediano del mundo y Macklin lo entendía como un espectador de
lujo de una nueva demostración boxística del argentino.
En el ocaso del combate, con un Martínez (49-2-2, 28ko) que
lucía impecable físicamente, llegó la tan esperada definición. Dos zurdas
precisas, impecables, que dejaron a Macklin (29-4-0, 19ko) ensangrentado. Dos
caídas y un rincón rival que dijo "no va más" antes de salir a la
última vuelta. Una victoria más para Maravilla, que lo deja a un paso de lo que
es suyo: el cetro mediano CMB. Ese que tiene Julio César Chávez Jr porque al
quilmeño se lo sacaron en los escritorios y que, si desde la entidad que
preside José Sulaimán cumplen con su palabra, debe volver a disputar.
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