Foto: Diario Uno |
La humedad de Buenos Aires, el tránsito abarrotado, las
luces de la noche y una cena íntima en el barrio de Belgrano sirvieron de marco
a un festejo chico que se ancló en medio de una ardua preparación para la pelea
del próximo viernes 16, en el teatro griego Juan Pablo II, de San Martín, ante
la filipina Ana Julaton.
Pese a estar lejos de su tierra natal y de gran parte de sus
afectos, Yésica Marcos no se privó de festejar sus 26 años de vida. La campeona
mundial y su entrenador, Martín Díaz, acompañado de su mujer, Gisela, y su hija
Alma, comenzó su cumple pidiendo tres deseos (sólo ellas los sabe) y esperando
a que en la unificación ante la filipina salga todo bien, algo que podría
abrirle las puertas a una pelea en México ante Jackie Nava.
El tradicional canto de feliz cumpleaños se hizo sentir, por
la tarde de ayer, en las instalaciones del CENARD. Las chicas de la selección
nacional, encabezadas por Celeste Peralta y las hermanas Yanina y Paola
Benavídez, le dieron una calurosa bienvenida a Yésica, quien no se privó de
ponerse colorada ante el recibimiento de sus colegas.
“No es la primera vez que paso mi cumpleaños lejos de San
Martín. Una vez estuve en la casa de mi hermana Carina en San Luis y otra en
Mar del Plata cuando era adolescente. Extraño a mi gente y mi casa. Quería
festejarlo con un buen asado, pero va a quedar para después de la pelea”,
relató el Bombón Asesino luego de su entrenamiento mientras caía una lluvia
torrencial sobre Capital Federal.
Y agregó: “Mi profe y su señora me regalaron una remerita
muy bonita. Seguro que cuando vuelva me van a estar esperando con algunos
regalitos”.
–¿Pediste los tres deseos?
–Sí. Pero son secretos. No te los voy a decir (risas). Claro
que también pedí que salga todo bien el 16 frente a Julaton.
–¿Alguna vez tuviste la posibilidad de hacer una fiesta de
cumpleaños?
–Cuando cumplí los 21 hice mi cumpleaños en un salón con
torta y todo. Los otros fueron con las familias de mis profesores. La Perla (la
madre de Martín Díaz) siempre me cocina lo que yo quiero comer ese día, como
por ejemplo los canelones de verdura con salsa blanca, que son mis preferidos.
Extrañé mucho la comida de ella, aunque su hijo se ocupó de que no me faltara
la comida que a mí me gusta.
–Cuándo eras chica, ¿te festejaban el cumpleaños?
–No. Sólo me saludaban.
–Con 26 años recién cumplidos, ¿podés decir que todos los
deseos que pediste a lo largo de tu vida se han ido cumpliendo?
–Por supuesto. Cuando era chica soñaba con tener una casa y
un trabajo para poder de dejar de pedir en la calle como lo hacía. Eso lo logré
con el boxeo, que es el que me dio todo lo que más necesitaba, además de una
gran familia, la cual está integrada por Martín (Díaz), Cristian (Etem) y el
Narigón (Cristian Martín) y sus respectivas familias.
–Si te tuvieses que regalar algo, ¿qué sería y por qué?
–Un viaje a Disney, ya que hay muchos juegos y están las
princesas y los de los dibujitos que yo veo por la tele y que después dibujo
(agarra su cuaderno y muestra sus obras de arte). Sería una satisfacción muy
grande para mí. Creo que en algún momento se me va a dar. Nunca hay que perder
la esperanza.
–¿A quién elegirías para que te acompañe?
–Si tuviese mucha plata me llevaría a un grupo grande, entre
los que seguro estarían mis hermanitos más chicos, la Kiki (Alma Díaz) y sus
hermanos y el Rami y la Tote (Martín). Iríamos todos a divertirnos.
El festejo de Yésica culminó en la habitación del hotel
situado en Ciudad de la Paz al 2550 con el televisor encendido en un canal de
dibujos animados y con su cuerpo reposando, puesto que hoy arranca temprano con
sus entrenamientos en la Ciudad de Buenos Aires pensando en la próxima pelea.
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