Por Gustavo Laurnagaray - Clarín.com
La mujer está desaparecida desde 2004 El chico reveló que,
cuando tenía 5 años, su papá –en aquel tiempo boxeador profesional– le dio una
paliza a la esposa y la acostó en la cama. La mañana siguiente, ella ya no
estaba. Nunca más la vieron.
Convivió ocho años con un terrible secreto, hasta que no
aguantó más. El chico, hoy de 13 años, le contó a la Justicia, mediante Cámara
Gesell, que la noche del 9 de febrero de 2004 estaba en su casa, en Santa Rosa,
con sus padres. En medio de una discusión, según su relato, Víctor Purreta, por
aquel entonces boxeador profesional, le dio una brutal paliza a su mujer,
Andrea López, y la ahorcó con un rebenque.
Sin embargo, esta versión difiere de lo que le dijo el
hombre a la Policía: admitió la pelea, pero aseguró que después se fue a
dormir. Y que cuando se despertó, ella ya se había ido.
La madrugada siguiente, a las 5.20, Purreta fue visto en una
camioneta. ¿Quién declaró que lo vio a esa hora? Su propia madre. El ex
boxeador reconoció –hace ocho años ante los investigadores policiales– que
salió a dar una vuelta, a comprar cigarrillos. Y que al volver advirtió que su
esposa ya no estaba.
La desaparición de “Maru” se conoció diez días después, en
marzo, cuando su madre fue a buscarla, preocupada porque no respondía a los
llamados telefónicos. Purreta “no le avisó a nadie”, dijo Julia Ferreyra, quien
no oculta las sospechas sobre su ex yerno y es querellante en la causa.
El testimonio del adolescente es el elemento más importante
que llevó al nuevo juez de la causa , Daniel Rallí, a decidir el llamado a
indagatoria del hombre, aunque éste se negó a declarar. Pero, además, hubo una
revisión de elementos clave que están en el caso desde los primeros días de la
investigación, pero que el juez anterior pasó por alto.
En 2004, Purreta tenía 30 años y era una promesa del mundo
del boxeo, en plena evolución.
Ella tenía 25, trabajaba en una fábrica y estaba en
situación de prostitución.
El sospechoso nunca fue indagado por ese caso, pero meses
después de la desaparición de López fue condenado a cinco años de prisión
porque la sometía a explotación sexua l. Tres años más tarde salió en libertad
condicional.
Luego sumó otras tres condenas: dos por golpear a dos
parejas y otro caso de proxenetismo , que se encuentra apelado.
Pero el chico decidió revelar la dramática historia. Detalló
que fue testigo de la paliza y que el hombre también la ahorcó hasta que se
quedó quieta . “Lo hizo ante una psicóloga. El juez (Rallí) estaba detrás del
vidrio. Y el chico terminó contando todo. Incluso que después que la golpeó la
llevó a la ducha, en un intento por reanimarla ”, dijo Omar Gebruers, abogado
de Ferreyra.
“Después la dejó tendida en la cama. Le llevó un colchón a
la cocina al chico y lo hizo dormir allí ”. Gebruers presume que en las horas
siguientes, Purreta se deshizo del cuerpo. “Es triste lo que pasa. Por un lado
la esperanza que se esclarezca, y por el dolor de la comprobación de la muerte
de Andrea. Y ahora hay que encontrar el cuerpo”, dijo el abogado.
El martes último, unos 30 agentes de la Policía Federal
realizaron excavaciones durante toda la jornada en un predio cercano al campo
de doma y en inmediaciones de la Feria de Toay, localidad ubicada a 13
kilómetros de Santa Rosa. En esa zona, Purreta hizo “changas” en un campo.
Con picos, palas y otras herramientas, los policías buscaron
indicios sobre los posibles restos de López . El procedimiento fue ordenado por
el juez pero no se encontró nada.
L a causa acumula ya medio centenar de procedimientos
policiales en La Pampa y en otras provincias, todos con resultados negativos.
El primer lugar que se allanó fue la casa que Andrea compartía con su marido,
en la calle Maestros Puntanos N° 2645. También se rastreó un cabaret de
Pehuajó. Sin embargo, el cuerpo nunca apareció. Su familia está convencida de
que Purreta la mató, más aún tras el testimonio del chico.
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